He elegido este nombre para el blog porque considero que representa aquello que debe buscar todo buen escritor, y en lo que le debe ayudar su corrector. La RAE define esta expresión como:
Aislamiento del escritor minoritario que atiende solo a la perfección de su obra, indiferente ante la realidad y los problemas del momento.
Así pues, un escritor es absorbido por su obra en el camino de creación y de perfeccionamiento.
Como correctora puedo decir que desde este lado también ocurre lo mismo. Un corrector se mete en la obra de lleno, se entrega tanto a la historia como al texto, siempre con el afán de conseguir que el escrito sea intachable. Y es esto lo que viene a reflejar el nombre, «Torres de marfil»: la meta del escritor y del corrector, su objetivo común de crear o ayudar a crear (en el caso del corrector) algo grande, algo perfecto.
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